Resumo
La primera documentación de lo que hoy se denomina aimara central se la debemos al sabio peruano José Sebastián Barranca (1830-1909), quien en 1876 publica en dos entregas sus Fragmentos de una gramática para el cauqui. Tales fragmentos, que contienen un esbozo gramatical y un vocabulario breve de la lengua, no parecen haber sido cosecha propia del sabio autodidacta sino mús bien el hallazgo fortuito de un manuscrito que el cura de Yauyos le había
entregado en 1841 al ilustre viajero y naturalista J.J. von Tschudi (1818-1889), y que, en un percance sufrido en las alturas de Viso y San Mateo, tuvo la desgracia de perder, sin siquiera haberlo revisado. De esta manera la auton'a del primer registro gramatical y léxico de la lengua en consideración le correspondería al anónimo cura de Yauyos o a algún otro personaje que le habría facilitado a éste sus apuntes. Como quiera, corresponde al sabio sanmarquino el mérito de haberlo dado a conocer, demostrando de este modo
que el cauqui no era una variedad quechua, o una entidad diferente,
como pensaba von Tschudi, sino una lengua congénere del aimara. No obstante el contacto profesional y amical que mantuvieron ambos sabios, el célebre viajero suizo murió lamentando la pérdida de aquel manuscrito, que él creía, sobre todo en sus últimos años, que correspondía al registro de una lengua independiente del quechua y del aimara.