¿Será la oportunidad para aceptar como pertinente la vieja pregunta, “quién estuvo primero, el huevo o la gallina”?, o dirimir entre los conceptos de la Retórica tradicional que advertía dos tipos de lenguaje: uno simple, directo, desnudo y otro desviado del anterior, más complejo y adornado. ¿Quién da origen a quién? La creación de metáforas de la vida cotidiana, ¿nacerá del error o de la necesidad? La incapacidad de abstracción produciría recursos espontáneos, de poco valor, que como bien señala Kayser constituyen “una manera básica del comportamiento de la lengua” (1954: 182) y que, según manifi esta R. Castagnino, se da “no solo en literatura, sino también en el habla familiar” (1971: 204). Entonces, podemos decir que coexisten el huevo y la gallina: ambos enriquecen el lenguaje, alimentándolo de nuevas connotaciones semánticas, en evolución permanente, y dotándolo de una carga expresiva importante. Hay aquí una suerte de interdependencia entre la expresión directa y la indirecta, porque ambas son aceptadas de igual manera por el sistema de la lengua y se alimentan una a otra.
Cortés, S. (2009). Expresiones zoonímicas en el habla popular chilena. Boletín De Filología, 44(2), Pág. 243–261. Recuperado a partir de https://boletinfilologia.uchile.cl/index.php/BDF/article/view/18030