La educación y la cultura son factores fundamentales de la asociación entre los pueblos. Cada pueblo hace un esfuerzo ímprobo para definir y afinar su personalidad colectiva tratando de buscar la mayor integración de lo que constituye el ser nacional. Los que logran esa definición y connotan con esfuerzo perseverante claramente su nacionalidad, adquieren una segura vocación de apertura, comprensión y entendimiento. Sostenemos que en Chile esa condición se dio desde los albores de la República y definió una vocación internacionalista, vigente durante la mayor parte de su curso histórico. Su inserción internacional, en términos objetivos, ha trascendido los datos concretos de sus posibilidades. Sin embargo, fue su vocación de integración la que permitió definir la personalidad nacional, estimular su desarrollo y estar presente en el cambio histórico y social del continente.
Ex ministro de relaciones exteriores y director regional de UNICEF para América Latina. Presidente de la Corporación de Estudios Internacionales. Autor de El Nuevo Caribe y otras obras relacionadas con esta disciplina.
Martínez Sotomayor, C. (1982). Presencia de la educación y la cultura en las relaciones internacionales de Chile. Estudios Internacionales, 15(59), p. 304–323. https://doi.org/10.5354/0719-3769.1982.15987