En el artículo se examina cómo se ha consolidado la Ciencia Política en Uruguay tanto en el espacio académico como en el ámbito profesional. Se señala que el desarrollo de la disciplina es tardío, en relación al mundo y a los países más importantes de América Latina, ya que se inicia posterior a la transición a la democracia del año 1985, no obstante ello ha alcanzado un prestigio creciente. Se argumenta que aun cuando existen aspectos en los cuales es posible acrecentar los indicadores, la Ciencia Política uruguaya cuenta con un plantel de investigadores que ostenta buenos niveles de formación y es productivo en términos generales, tanto en cantidad como en calidad.